viernes, 30 de octubre de 2009

abriendo y cerrando baules rojos a los pies de mi cama


El cansancio me duele tanto,
recordar Posidonia,
"dejarse arrastrar por mareas y corrientes"
y saber que la noche es sólo para los que sueñan,
pero por más que sueño no se hacen realidad
y voy amontonando sueños irrealizables
en un baúl rojo,
a los pies de mi cama,
colándolos por las rendijas,
sin saber si aún están allí
porque la llave no aparece...

¿Sabes tú dónde está?

Yo sólo quiero verte también,
sin que me arrastres,
sólo verte,
sólo tocarte
y besarte,
acariciarte con mis dedos...
Sólo quiero jugar con tu pelo
y ver tu sonrisa,
tu sonrisa...

Pero los sueños se amontonan
y ni siquiera luchan por salir,
se conforman con la hospitalidad de ese baúl
que tú, sólo tú, te atreviste a regalarme,
y que yo, sólo yo, me atreví a conservar,
consciente de que era mi fin,
de que podrías manejarlo todo
a tu antojo,

consciente de que no me liberarías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario