miércoles, 2 de septiembre de 2009

soñando con sueños


Las gotas de lluvia se deslizan por la ventana, rápido, sin detenerse. Estás dormido, soñando con algo que te hace sonreír, indefenso en tu desnudez. Sólo quiero tocarte el pelo, la cara, tu cuerpo y saber que cada rincón que escondas lo habré tocado antes un millón de veces.
Un rayo ilumina tu cuerpo y nunca antes amé tanto las tormentas. Hace frío y tengo el impulso de coger las mantas, amontonadas en nuestras piernas, enlazadas, para arroparte, protegerte, pero lo rechazo, no quiero despertarte, no quiero taparte, quiero seguir viéndote.
-Sólo quiero que no acabe, sólo quiero que sigas sonriendo cuando me atreva a decirte que te quiero cuando estés despierto. Mirarte a los ojos y notar esa paz, ese equilibrio que me aportas. No tener miedo... No tener miedo de los huecos que has llenado sin darte cuenta, haciéndome saber lo vacía que estaba antes de conocerte. Los has llenado y ni siquiera sabía que esos huecos estaban ahí hasta que tú te metiste dentro para cubrirlos.Mis padres se amaban, creo que jamás te lo he dicho, pero se amaban, de una forma tan obsesiva como yo lo hago contigo, de una forma que raya la destrucción. Y así, de esa forma, cuando se quisieron dar cuenta, se odiaban, olvidaron todo el amor, lo enterraron, y para cuando se quisieron dar cuenta todo lo demás fue inevitable, pero sé que en el fondo se seguían amando, pero no eran capaces de verlo... Era demasiado tarde para volver a dormir juntos, a soñar juntos todas las noches. Yo sólo sueño con que tú sigas soñando. Sólo sueño con que no te despiertes antes de que yo lo haga y encontrar la cama vacía, vacía de amor, pero llena de odio y rechazo.
Te mueves para coger las mantas, pero sigues dormido mientras nos cubres y me arrastras hacia ti, un poco brusco para mí. No puedo evitar dejarme llevar, olerte la piel, zambullirme en tu cuerpo y tocarte, casi con desesperación, deseando que tu olor se introduzca por cada uno de los poros de mi piel, embriagándome.
-No llores y sumérgete conmigo en mis sueños.
No, no quiero hacerlo, no quiero soñar y despertar. Soñar y correr el riesgo de que te vayas. No quiero, y, sin embargo, lo hago, desatendiendo mi labor de vigía, de protegerte, haciendo caso omiso de las vocecillas de mi cabeza que me repiten continuamente que de lo único que necesitas protección es de mí misma.

1 comentario:

  1. qué ritmo tan bonito... me es familiar eso de no querer soñar por tener miedo a despertar después

    y sin embargo no podemos evitarlo
    como tantas cosas...

    besitos galega esquimal! :)

    ResponderEliminar